El caciquismo en la sociedad puertorriqueña contemporánea




El caciquismo en la sociedad puertorriqueña contemporánea



Es un fenómeno tan común, que la gran mayoría lo da por sentado.  Se ve en la escuela, en el hogar, en la comunidad, en el trabajo.  Consiste en 'el gran hombre', el cacique, que imparte e impone justicia en aquel sitio de su dominio.  En la gran mayoría de las veces, el cacique no es un mal hombre.  Todo lo opuesto; trata con todo su esfuerzo de que sobreponga el bien sobre el mal.  Si honestamente cree que existe una injusticia, actúa de su modo peculiar para que se corrija la situación: agresivo y confrontativo, o en las sombras a través de terceros.  A veces, sin duda, logra que lo bueno sea exitoso y previene que crasos abusos prevalezcan.  Pero, en otra ocasiones, el cacique sin darse cuenta ayuda al mal.  El problema con este prevalente mecanismo de resolución social se fundamenta en el egoísmo que esta en el corazón del cacique.  Este, después de todo, le agrada su poder--su habilidad de 'juzgar' y de 'imponer juicio'.  De por si, esto no es nocivo.  Pero el cacique no se da cuenta que actúa como un dios sobre los demás y, peor aun, de como su propia posición influencia la información que este recibe.  El cacique, por tanto que trate de no serlo, es manipulable--y he aquí donde falla crasamente.  Sin poder genuinamente evaluar toda la información que recibe, este (en fin) adivina lo mejor que puede, creando así la fuente de sus injusticias.  Poco se da cuenta de las genuinas fuentes de su información y raramente considera el auto-interés de estas fuentes.  El cacique, en la gran mayoría de los casos, es un idealista que cree en la justicia.  No obstante, su idealismo también lo ciega a la compleja realidad ante el.  En aquello que lo llama vida, el cacique opera lo mejor que puede, sin reconocer sus propias imperfecciones--que, de hacerlo, significaría el fin de su reino y dominio dentro de la estructura social en el cual opera.  El cacique, sin darse cuenta, esta insertado íntimamente en su ámbito social, y es fuente de tanto bien como mal en el mundo que lo rodea.













© 2014 Rodrigo fernos riddick