The Air Conditioner and The End of the World



The Air Conditioner and The End of the World


This year's news headlines have been emphasizing the rapid warming of the atmosphere.  Last year was the warmest on record, and glaciers at the edge of the polar caps have been rapidly deteriorating, further contributing to the pace of atmosphere's warm up.  Less white ice means less reflection of light rays, and inversely more dark water means greater absorption of the sun's energy into the global ecosystem.  Sadly, it is far too easy for us in the developed world, who create most of the pollution causing the problem (a car's carbon monoxide, for example), to avoid these direct consequences of our actions.  Most of us, while sitting in congested traffic jams or while sleeping at home during a hot summer, merely need to turn on the air conditioner to feel that cool artificial breeze and forget all our troubles.  More drastically, the air conditioner also allows many of us to claim that these very real and grave environmental concerns are merely liberal-leftist-environmentalist rhetorical allegations.  Until the ordinary consumer feels the direct cost of their pollution, there will be little political pressure to change the existing status quo.  One might then conclude that a way to begin solving the problem is to ban the air conditioner from all social domains, except the most essential places as food refrigeration and medical hospitals.  Otherwise, the cool air conditioner might inevitably lead us to the hot 'end of the world'.




El aire condicionado y el fin del mundo


Es inconfundible observar que muchas de las noticias del año han enfatizado el calentamiento rápido de la atmósfera.  El año pasado fue el mas caluroso en récord, y los glaciales en la orilla de las capas polares han estado rápidamente deteriorandose, contribuyendo así al aumento en el paso del calentamiento global.  Menos hielo significa menos reflección de luz y, inversamente, mas agua oscura significa una mayor absorción de la energía del sol en el ecosistema global.  Tristemente, es demasiado fácil para nosotros en el mundo desarrollado, que creamos la gran mayoría del la contaminación que causa el problema (el monóxido de carbono de un carro, por ejemplo), evitar las consecuencias directas de nuestras acciones.   La mayoría de nosotros, mientras que se siente en el congestionado tapón automovilístico o durmiendo en nuestros hogares durante el caluroso verano, solamente tenemos que prender el aire condicionado para sentir esa fría y placentera brisa artificial para olvidarnos de los problemas.  Mas drásticamente aun, el aire condicionado también permite mucho de nosotros argumentar que los reales y muy graves preocupaciones ambientales son meramente la alegaciones retóricas del campo izquierdista-liberal-ambientalista.  Hasta que el consumidor ordinario no sienta el costo directo de su contaminación, habrá poca presión política para cambiar el status quo existente.  Uno, entonces, podría concluir que la manera en la cual se puede empezar a resolver estos problemas es eliminar los aires condicionados de todo espacio publico, con la excepción de lugares esenciales como los refrigeradores de alimentos y los hospitales médicos.  De otra manera, el frío aire condicionado podría inevitablemente lleveranos al caluroso fin del mundo. 




© 2014 Rodrigo fernos riddick